DÉCIMA ESTACIÓN
- Santuario San Judas Tadeo
- 7 mar
- 2 Min. de lectura
Actualizado: hace 7 días

Jesús es despojado de sus vestiduras
Como cristianos, somos conscientes de que el vía crucis del Hijo de Dios no fue simplemente un camino hacia el lugar de la ofrende de su vida. Creemos que cada paso de Jesús, cada gesto o palabra suya, nos hablan, nos instruyen continuamente.
Con este Via-Crucis queremos participar –es decir- tener parte. Parte en la cruz de Cristo. Reconocer nuestra propia cruz, cargarla y caminar – sin dejarnos aplastar por su peso-. Caminar a través de la vida, imitando a Aquel que«soportó la cruz sin miedo a la infamia y está sentado a la diestra del trono de Dios»(Hb 12,2).
Pausa de silencio
OREMOS
Señor Jesucristo, colma nuestros corazones con la luz de tu Espíritu Santo, para que, siguiéndote en tu camino doloroso, valoremos el precio de nuestra redención y seamos dignos de participar en los frutos de tu pasión, muerte y resurrección. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. [JuanPablo II]
G. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.
Meditación:
Jesús es despojado de sus vestiduras, enfrentando la humillación y el desprecio. Este acto nos recuerda la vulnerabilidad de tantos hermanos y hermanas que carecen de lo necesario. Estamos llamados a hacer signos de esperanza, compartiendo generosamente con quienes más lo necesitan.
Padre Nuestro….
Dios te salve ….
Madre llena de dolor has que cuando espiremos nuestras almas entreguemos por tus manos al señor
Gloria al padre….
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí.
ORACIÓN FINAL
Después de caminar contigo, en esta vida dolorosa, queremos guardar un silencio interior, sabiendo que dejaste de estar entre nosotros, pero qué has prometido volver. Esta es una despedida con la Esperanza de reencuentro. Contemplamos el dolor de cada una de las escenas o la mirada del amor y de la esperanza, es verdad que sólo tú puedes sacar bien del mal, y de este enorme mal, que es la muerte en la cruz,nos has traído el gozo de la salvación. Haz abierto las puertas del cielo y nos has hecho la invitación a cargar con nuestra cruz, para que al final de nuestros días vivamos contigo la dicha de la resurrección. Y aparte por Cristo Nuestro Señor, amén
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