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Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María

  • Foto del escritor: Santuario San Judas Tadeo
    Santuario San Judas Tadeo
  • 9 dic 2024
  • 3 Min. de lectura

9 de Diciembre



Este año, la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María se celebra el lunes, 9 de diciembre. El Obispo Anthony B. Taylor emitió una declaración el 24 de noviembre explicando que aunque esta fiesta cae en un lunes, aún es un día santo de precepto y se debe asistir a Misa.


Normalmente celebrada el 8 de diciembre, esta fiesta fue trasladada al lunes, 9 de diciembre porque el 8 de diciembre es el Segundo Domingo de Adviento este año. La Solemnidad de la Inmacula Concepción de la Santísima Virgen María, es un día de precepto para asistir a la Misa.

Aunque celebramos la Inmaculada Concepción durante el Adviento, el tiempo durante el cual nos preparamos para el nacimiento de Jesús, esta fiesta NO se trata sobre la concepción de Jesús. Esto puede ser confuso porque la lectura del Evangelio de este día santo se enfoca en la aparición del ángel Gabriel a María. “No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús” (Lucas 1, 30-31).


La Inmaculada Concepción hace referencia a la Concepción de María, la madre de Jesús. La “inmaculada” no es una referencia de cómo ella fue concebida por sus padres, San Joaquín y Santa Ana, Reconoce que Dios intervino y permitió que ella fuera concebida sin la mancha del pecado original.

Entonces, ¿por qué la Iglesia usa la anunciación del nacimiento de Jesús en el Evangelio de la fiesta de hoy? Antes de que Gabriel le dijera a María que ella había sido elegida para ser la madre de Jesús, él la saludó “‘¡Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo!’ Pero ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo. El ángel le dijo: ‘No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios’” (Lucas 1, 28-30).

El Catecismo de la Igesia Católica  explica el significado de este saludo. “Para ser la Madre del Salvador, María fue ‘dotada por Dios con dones a la medida de una misión tan importante’. El ángel Gabriel en el momento de la anunciación la saluda diciendo ‘llena de gracia’. En efecto, para poder dar el asentimiento libre de su fe al anuncio de su vocación era preciso que ella estuviese totalmente conducida por la gracia de Dios. A lo largo de los siglos, la Iglesia ha tomado conciencia de que María ‘llena de gracia’ por Dios había sido redimida desde su concepción”.

“Esto es lo que el dogma de la Inmaculada Concepción sostiene, como lo proclamó el Papa Pio IX en 1854:  ‘Que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano’”


Oración

Virgen Santa e Inmaculada,

a Ti, que eres el orgullo de nuestro pueblo

y el amparo maternal de nuestra ciudad,

nos acogemos con confianza y amor.


Eres toda belleza, María.

En Ti no hay mancha de pecado.


Renueva en nosotros el deseo de ser santos:

que en nuestras palabras resplandezca la verdad,

que nuestras obras sean un canto a la caridad,

que en nuestro cuerpo y en nuestro corazón brillen la pureza y la castidad,

que en nuestra vida se refleje el esplendor del Evangelio.


Eres toda belleza, María.

En Ti se hizo carne la Palabra de Dios.


Ayúdanos a estar siempre atentos a la voz del Señor:

que no seamos sordos al grito de los pobres,

que el sufrimiento de los enfermos y de los oprimidos no nos encuentre distraídos,

que la soledad de los ancianos y la indefensión de los niños no nos dejen indiferentes,

que amemos y respetemos siempre toda vida humana.


Eres toda belleza, María.

En Ti vemos la alegría completa de la vida dichosa con Dios.


Haz que nunca perdamos el rumbo en este mundo:

que la luz de la fe ilumine nuestra vida,

que la fuerza consoladora de la esperanza dirija nuestros pasos,

que el ardor entusiasta del amor inflame nuestro corazón,

que nuestros ojos estén fijos en el Señor, fuente de la verdadera alegría.


Eres toda belleza, María.

Escucha nuestra oración, atiende a nuestra súplica:

que el amor misericordioso de Dios en Jesús nos seduzca,

que la belleza divina nos salve, a nosotros, a nuestra ciudad y al mundo entero.

Amén.

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